San Pedro de Vilamajor 28. Muy pintoresco es el lugar a cinco kilómetros de Llinás del Vallés, con su núcleo de cuarenta y cinco casas alrededor del espacioso templo, del cual luce la magnífica silueta de su campanario de 25 metros de alto, antes Torre del Homenaje del antiguo castillo feudal que claramente muestra las tres épocas de su construcción. Románica es la primera. Del siglo XIII la segunda y, la parte superior actual del siglo XVI, con sus ventanales bipartidos a fin de facilitar el emplazamiento de las campanas.
Su etimología es elocuente, por cuanto Vilamajor, actualmente dividido en dos municipios y dos parroquias, con los nombres de San Pedro y San Antonio de Vilamajor, era, en la Edad Media, la Villa Mayor de la comarca, residencia en la antigüedad de un pretor romano, nombrándola por el nombre de «La Força» y que se convirtió en morada de veraneo de los Condes de Barcelona.
Ya en 1067 se honraba con carretera directa hasta la Ciudad Condal, «Strata qui periit de Villamaior a Barchinone», y reunir un gran mercado público en 1142 y contar en el censo de 1150 con unas ochenta y dos masías. Actualmente (1955) ciento doce, a las que hay que añadir los barrios de San Bertrán y Santa Susana, el primero de San Antonio de Vilamajor en lo civil y perteneciente a San Pedro en lo espiritual, como el segundo, si bien pertenece en lo civil a San Pedro, no así en lo eclesiástico, que incumbe a la parroquia de la Costa de Montseny.
La historia de Vilamajor está íntimamente ligada con la de los condes y reyes de Cataluña y Aragon, por cuanto que ya se cita como palacio de los mismos en tiempos de Borrell, por los años 902 y 1017. En 941, el conde Suñer compraba terrenos en el término de Vilamajor y en 1079, fue motivo de reparto con las «Décimas» de Cardedeu al fallecer Ramón Berenguer I, entre sus hijos gemelos Ramón Berenguer y Berenguer Ramón. En 1157, Ramón Berenguer IV pagaba y ordenaba algunas reparaciones en el castillo.
Del matrimonio de Ramón Berenguer (el Santo) con Petronila de Aragón, por el cual quedaban unidos en una sola corona el Principado de Cataluña y el Reino de Aragón, nació un hijo llamado Ramón, que según la tradición vio la luz primera en San Pedro de Vilamajor, tomando más tarde el nombre de Alfonso I al ser nombrado el primer rey de la Confederación Catalano-Aragonesa. Sj sólo la tradición ayuda este aserto del nacimiento del principe en San Pedro, documentos empero citados por Balari en «Orígenes históricos de Cataluña», certifican que fue cuidado en sus primeros tiempos en el castillo por una nodriza llamada Loreta, hija del lugar, la cual recibía de la reina Petronila, madre del Infante, su sueldo y a menudo diferentes obsequios.
Gran afición cobró a Reina al lugar por cuanto con frecuencia, y era natural, subiera a visitar a su hijo en el intervalo de los años 1157 y 1158. También su esposo el Conde !a visitaba durante las estancias que la Reina hacía en San Pedro, por cuyo motivo se personaba con su séquito y gran número de ilustres personajes y acompañamiento, a los que invitaba a cacerías por los frondosos bosques que rodean el lugar.
La actual iglesia fue construida en 1557 con los despojos y piedras del antiguo castillo y fue bendecida el año 1600 por el obispo de Barcelona, Ildefonso Colomer, con motivo de su visita pastoral, y terminada totalmente el año 1610. La vida parroquial aparece ya antes del siglo X, ya que sé mencionaba una capilla dedicada a San Miguel en un documento conservado en el archivo parroquial de San Pedro, del tiempo del rey Lotario (954-986). Otro documento interesante es la escritura de venta que hizo en el año 1024 el conde Berenguer Ramón I de Barcelona a un tal Gerardo de esta iglesia y de otras varias de la Marina y del Valles.
Pedro III concedió a los habitantes de Vilamajor el título de ciudadanos de Barcelona cuando el 9 de noviembre de 1384 consideraban los «Proceres» a Vilamajor como a «carrer y braç» de Barcelona.
El municipio de Vilamajor era enorme, incluyendo pueblos que hoy disfrutan su independencia como San Antonio de Vilamajor, Alfou, Cardedeu, este último separado en 1599. El barrio de Vilanova fue segregado a últimos del siglo XVIII.
Por documentos que se guardan en la Curia eclesiástica y por la tradición del vecindario, puede creerse que la primitiva iglesia fue construida durante el gobierno de Carlomagno (786-814). En la fachada de la actual iglesia se conserva una lápida que atestigua la antigüedad de la parroquia y perpetúa la memoria de un sacerdote llamado Orila, fallecido el. año 872, — José M.’ ARTES, presbítero.
Article extret del diari “LA VANGUARDIA” en l’edició del dimecres 29 de juny de 1955 a la página 26